La investigación mantiene que el crecimiento de los tumores sólidos (la gran mayoría de los tipos de cáncer, a excepción de leucemias y linfomas) puede describirse según un modelo matemático que implica que la inflamación, si es aguda, puede ser el mecanismo a través del cual se controle el crecimiento de estos tumores hasta llegar incluso a su eliminación. Para demostrar su hipótesis, el equipo ha revisado más de 440 artículos científicos y se ha centrando en el papel de los neutrófilos, en el control y potencial cura del crecimiento tumoral. La inflamación ha sido considerada de forma habitual como un proceso que puede favorecer la proliferación de las células tumorales.
Cuando la inflamación es aguda, los neutrófilos son capaces de competir por el espacio con las células tumorales y producir así la detención de su crecimiento incontrolado y su posterior necrosis, señala el estudio, publicado en la revista "Medicinal Research Reviews". A este respecto, los investigadores hablan de un "umbral" en cuanto al número de neutrófilos que circulan en la sangre (y, por tanto, en la intensidad de la inflamación) para que estos sean capaces de controlar el crecimiento de la masa tumoral y curar esta enfermedad."Las evidencias presentadas en todos estos artículos en cuanto a la capacidad antitumoral de los neutrófilos son muy claras", explicó Antonio Brú, uno de los autores del estudio. No obstante, todavía es necesaria la realización de nuevos ensayos clínicos para validar esta hipótesis que podría suponer un cambio de paradigma en la lucha contra el cáncer, admitió.
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